Escrito del 20 de Agosto de 2015:

 

Estoy sentado frente a la quebrada la Igüaná, Medellín.

 

Al sur de la quebrada árboles, grama y unas cuantas personas. Unas estudiando parchadas*, otras solucionando problemas laborales, y yo, recibiendo las ondas del dolor del agua después de ser ultrajada y manosiada por tantas manos que con morbo o simplemente por cultura, después la despreciamos como a una puta. Reflexiono sobre la tragedia ocurrida en Salgar, Antioquia (Colombia) en mayo de 2015 cuando se desbordó la quebrada La Liboriana.

 

Memo Ánjel dice que el agua es el símbolo de vida en todas las religiones. Donde hay agua hay vida, y la nuestra la estamos volviendo literalmente mierda.

 

Unos días después de la tragedia, el vocalista de la banda Aterciopelados, Hector Buitrago, dijo en un concierto en la capital paisa:

 

"El agua a veces nos saluda, y en ocaciones nos regaña"

 

¡Y qué regaño nos pegó esta vez!: 309 familias afectadas, al rededor de 1.500 damnificados, 97 muertos registrados y más de 17 desaparecidos. Piedras del tamaño de elefantes sacudieron casas como bolas de billar a otras 

¡Ay dolor que escuchas el grito de tantas familias ausentes que no dejaron quién los llorara!

 

Eso sí, almas tenaces de todo el país llegaron a dejar lo mejor de sí para salvar vida que se pudiera salvar. Y el país se unió como sólo el fútbol y la tragedia de Armero lo había hecho hasta el momento.

 

Esperamos un buen viaje para ti hermano, madre, conocido, tendero, amigo de Salgar.

 

 

*Relajados.